VIDEO NUMERO 2:
Después de ese proyecto, confecciono otra de
esas maquinas un poco más sofisticada y
grande. Se dijo que esta funcionaria a vapor debido
a su tamaño, pero Babbage
nunca construyo una maquina, su protordenador se
colapso antes de ser
terminado, fue víctima de herramientas imprecisas y
de falta de fondos. Todo
esto ocurrió 100 años antes de que se vuelva a
considerar la idea de un aparato
así.
Alentado por una eclosión de población en
América, el siguiente paso en la vida del
ordenador fue a fines del siglo XIX.
Cundo oleadas masivas de inmigrantes
amenazaban con sobrecargar el censo americano de 1890.
En 1887 la oficina del censo todavía llevaba la
cuenta del recuento de
1880 a mano, desesperados rogaban por otra forma de
tabular los resultados.
Entonces fue cuando un antiguo inspector del
MID llamado Herman Hollerith introdujo una
serie de maquinas que harían que el recuento del
censo sea más fácil.
Cada persona estaba representada por una
tarjeta, los individuos tenían que perforar las
cajas relacionadas con su edad, sexo, raza y
profesión. Los trabajadores del
censo entonces, introducían las tarjetas perforadas
en las maquinas.
La tabulación se hacía con electricidad, al
utilizar clavijas eléctricas los
resultados se registraban en una serie de diales
como si fueran relojes, otras
maquinas separaban las tarjetas.
Las maquinas de Hollerith aceleraban de forma
vertiginosa el procesamiento de la
información. Que en solo 6 semanas se había hecho
el recuento del censo del
1890 de 62.622.250 habitantes.
Luego realizo negocios con empresas
ferroviarias debido a que no podía ser contratado
solo cada 10 años. Antes de los años 30, los
aparatos computacionales se
utilizaban para seguirle el recuento a la
población, pasajeros de tren y archivos de seguros de vida.
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